jueves, 5 de julio de 2012

Editorial de la Revista El Jueves


No disparen al funcionario

Los funcionarios son esos señores y señoras que un buen día aprobaron una oposición en busca de un empleo estable. Su sueldo era seguro, pero
escasito. Es más, cuando estalló ese tsunami de falsa prosperidad y este país se llenó de nuevos ricos, su sueldo, en comparación, era claramente
una puta mierda. No obstante, la gran ventaja que tenían (esto lo valoran
ahora) era que nadie se metía con ellos: en todo caso, si alguien les
señalaba, era para compadecerse de su pobreza.

-Mira ese pringao: veinte años en la Administración , y gana al mes la
cuarta parte de lo que yo saco en mi empresa sólo en horas extras.

Pero un día la crisis estalló y España, que estaba a punto de adelantar a
Francia, según ZP, luego de haber pasado a Italia, empezó a irse al carajo. Resulta que la economía de este país se había basado casi única y exclusivamente en una burbuja inmobiliaria que nadie quiso pinchar a
tiempo, y, cuando explotó, lanzó de golpe contra las oficinas del INEM a tres millones de parados. La recaudación fiscal cayó en picado y, como al
mismo tiempo aquí se había despilfarrado en obras absurdas lo que no está escrito, corrupciones aparte, la deuda y el déficit se dispararon, se
empezó a hablar de quiebra y el gentío volvió la cabeza hacia los culpables de tanta ruina: los jodidos funcionarios, que cada mes se llevan a casa su
sueldo calentito, un sueldo que ahora, en comparación con tanto "nimileurista"como hay, es muy apetecible.

"¡Es que la partida destinada al pago de las nóminas de los empleados
públicos no deja de crecer!", protesta el gentío. Y lleva razón: tanto en la
Administración Central , como en la Autonómica y la Local , cada día hay
más gente colocada a dedo y más asesores. Los funcionarios de carrera, o
sea, por oposición, no crecen porque sus bajas ya no se cubren, pero cada
vez hay más enchufados.

Los gobernantes lo tienen muy fácil a la hora de estrangular a los funcionarios: el gentío ha sentenciado que hay que ir a por ellos. El gentío
no distingue entre el burócrata que no da un palo al agua en su negociado
(¿para qué estará la inspección, oyes?) y el médico que no da abasto en
urgencias, y los dos son funcionarios. Por eso los empleados públicos lo
van a pasar francamente mal en lo que queda de crisis. ¡Les van a recortar
hasta la calderilla!

-A ver, usted que tenía diez trienios, a veinte euros el trienio, va a pasar a
tener cinco, a diez euros la unidad.

-¿Lo qué?

-Es que Bruselas nos ha dicho que a partir de ahora cada trienio tenga seis
años. ¡Todo sea por rebajar el déficit, hombre, no ponga esa cara!

Si por el gentío fuera, incluso habría que fusilar a muchos funcionarios al
amanecer, así nos ahorraríamos hasta sus futuras pensiones. Pero
tampoco hay que pasarse. A no ser que el déficit se resista, claro.

Editorial publicado en "El Jueves" del 21 de Marzo de 2012.

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