Como podemos ver, la oferta de Empleo Público sigue prácticamente paralizada. Creemos que de no convocarse en un futuro las plazas que se están perdiendo por despidos de interinos, de personal laboral y por las jubilaciones, el servicio al público, la atención al ciudadano, se verá aún más reducida, lo que irá en perjuicio de las clases más desfavorecidas, ya bastante castigadas por la crisis, del interés general y, en suma, de la propia democracia.
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